“Queremos situar a Andalucía como un referente europeo en producción de biometano con más de un centenar de plantas en 2030”

Sevilla/El Clúster Empresarial Andaluz del Biometano ha echado a andar hace apenas unas semanas de la mano de las principales compañías del sector, como son AGR Biogás, Ence, Inerco, Magtel, Moeve, Naturgy, Nortegas Renovables, Redexis y Vorn. La entidad nace con una representatividad destacada, ya que las empresas fundadoras aglutinan el 80% de la veintena de iniciativas que están en tramitación en el sector en Andalucía. Pero, además, tienen en proyecto en la comunidad más de un centenar de plantas en los próximos cinco años con una inversión asociada superior a los 2.500 millones de euros y la creación de hasta 1.500 empleos directos. Un salto cuantitativo y cualitativo importante en la producción de este tipo de biogás que se obtiene a partir de residuos orgánicos procedentes de la actividad agroganadera o de entornos urbanos, entre otros. El presidente del nuevo clúster, Pedro Marín, a su vez presidente de la compañía sevillana Inerco, explica la hoja de ruta de cara al futuro y el potencial de la región.

– ¿Cómo surge la idea de crear este nuevo clúster y con qué objetivos nace?

– Los socios fundadores, en varias conversaciones, hemos visto la necesidad de tener una voz unificada y una interlocución agrupada en torno a diferentes asuntos relacionados con el desarrollo del biometano. Esa idea de tener respuesta a determinadas inquietudes la hemos catalizado con la creación del clúster. Entre los principales objetivos, figuran, por un lado, impulsar un marco facilitador, junto con las administraciones y otros agentes implicados, para que el sector pueda avanzar más rápido y, por otro, contribuir a que la sociedad entienda los beneficios de este tipo de instalaciones, aportando información veraz y ejemplos concretos. En las próximas semanas vamos a celebrar la primera asamblea para diseñar el plan de acción y crear grupos de trabajo en las distintas áreas.

– La entidad arranca con una representación empresarial muy importante. ¿Se plantean la incorporación de más compañías o socios de otra índole?

– Absolutamente. Ya hemos recibido incluso varias solicitudes. Vamos a definir los criterios de acceso, pero sí tenemos claro que tendrán que ser empresas serias y rigurosas. No queremos que haya nadie que esté especulando o que vaya a condicionar el prestigio del sector. Igualmente, queremos integrar a más actores que son partners clave, como las compañías y agrupaciones agroalimentarias, las firmas ganaderas o las estaciones depuradoras, que son quienes, en definitiva, aportan los residuos orgánicos, es decir, la materia prima para la generación del biometano. También estamos abiertos a los centros de investigación, aunque no es nuestra vocación fundamental, porque el sector cuenta ya con una tecnología madura y muy consolidada.

– ¿En qué punto se encuentra el desarrollo del biometano a nivel nacional?

– En España hay ahora mismo alrededor de una docena de instalaciones de biometano operativas. Vamos muy por detrás de Europa. En los países nórdicos, por ejemplo, donde son muy exigentes en asuntos medioambientales, hay un gran desarrollo. También en Francia, con 600 plantas ya construidas y 1.700 en proyecto; y en Alemania, con 200 y otro número parecido en tramitación; mientras que en Italia y en Holanda el crecimiento es parecido. Hay una perfectísima integración entre las instalaciones de biometano y el entorno rural.

“Aunque hemos empezado tarde, hay un potencial tremendo en la comunidad, que podría albergar más de 300 instalaciones”

– ¿Cuáles son los problemas que se le achacan a la producción de biometano?

– El principal son los olores. Esto podía tener fundamento hace años por una gestión inadecuada de los residuos o por falta de determinados recursos técnicos, pero no en la actualidad, dado que las plantas disponen de una tecnología muy avanzada en cuanto a medidas de desodorización. Todos los diseños son especialmente cuidadosos con este asunto. Y el ejemplo más claro, de nuevo, son otros países de Europa, donde las instalaciones están integradas en el territorio, cerca incluso de poblaciones, sin inconvenientes.

– ¿Con qué potencial cuenta Andalucía?

– Aunque hemos empezado tarde, hay un potencial tremendo. Un informe de la Asociación Española de Gas (Sedigás) apunta a que podría albergar más de 300 instalaciones y alcanzar los 23 teravatios hora (TWh) anuales. Los beneficios serían enormes, ya que esas plantas permitirían que todos esos residuos de la actividad agroganadera no sean un problema, sino todo lo contrario: una fuente de creación de empleo directo e indirecto –con un efecto muy relevante en el entorno rural– y de generación de energía limpia que se aporta a la red. En definitiva, propiciarían que se cree todo un ecosistema económico en torno al sector. Una ambición del clúster es que queremos situar a Andalucía como un referente nacional y europeo en biometano con una masa de proyectos de las empresas fundadoras de más de un centenar de plantas en 2030, que conllevarán una inversión de 2.500 millones de euros.

– Jaén puede situarse como punta de lanza regional. ¿Cuál es la capacidad de esta provincia y en qué otros territorios de la comunidad se puede poner el foco?

– Jaén tiene un recorrido importante, sobre todo, por la cantidad de desechos orgánicos que genera el olivar, de modo que hay un creciente número de iniciativas de diferentes empresas. Pero también pueden tener un desarrollo destacado otras provincias como Almería, Huelva, Granada o Córdoba por la producción hortofrutícola o por el sector agroganadero. Esto da una idea de la distribución radicular a lo largo del territorio andaluz que va a tener ese centenar de instalaciones en un horizonte de cinco años, con una ubicación estratégica desde el punto de vista de la gestión local del residuo y de acceso a la red de gas.

“Hace falta una regulación razonada y razonable que permita avanzar más rápido en el desarrollo del sector del biometano”

– El Gobierno central y la Junta han presentado recientemente la Alianza Andaluza por el Biogás. ¿Qué esperan de esta iniciativa?

– Estamos seguros de que va a ser muy positiva. La alianza ya tiene creados una serie de grupos de trabajo sobre el marco regulatorio, la gestión de residuos, la financiación o el fomento de I+D, entre otros, por lo que tenemos la intención de solicitar nuestra incorporación como clúster, de manera que en este foro tengamos una voz, podamos aportar ideas, interaccionar con diferentes actores y profundizar en la colaboración público-privada, algo que va a ser clave para el desarrollo del sector.

– ¿Cuáles son los escollos a los que se enfrenta el desarrollo del sector?

– Hay determinadas cuestiones que lo dificultan bastante. La principal sería la falta de un marco más claro y favorable en aspectos como los trámites para la instalación de plantas o las condiciones de acceso a la red de gas para inyectar el biometano, porque si realmente queremos descarbonizar la economía hay que apoyar las iniciativas, en especial, en estos primeros momentos. Tampoco está clara la normativa respecto a cuáles son los residuos que se pueden utilizar, ni se está respaldando al sector desde el punto de vista de la financiación. Si bien no es de las cosas que más preocupan, porque las empresas lo tienen muy claro y están tomando sus decisiones de inversión, sí sería importante ese apoyo financiero como se hace en otros puntos de Europa, lo que permitiría crear riqueza rural al mismo nivel que en esos países. Ante este escenario, una de las labores del clúster será tener una voz única con las diferentes administraciones para poder llegar a una regulación razonada y razonable que permita avanzar más rápido.