Cerca de 200 menores de Huelva esperan una familia con la que tener "el futuro y el presente que se merecen"

Huelva/En torno a 188 menores viven en centros de protección infantil en Huelva. Según los datos de la asociación Crecer con futuro, son unos 39 de ellos los que están en bolsa y esperan con ganas una familia colaboradora. "Son niños que vienen de familias desestructuradas donde sus padres no le han podido ofrecer el cuidado que necesitan. Por lo que han tenido que entrar en estas instituciones -centros de menores-", cuenta Gema Carrasco, coordinadora del programa de familias colaboradoras de la asociación 'Crecer con futuro' en Andalucía. "Los que entran en las colaboraciones lo han pedido, están ahí porque ellos quieren. Desde el centro se les explica el recurso y ellos deciden si quieren formar parte del programa".

Que todos estos menores tengan un presente y un futuro mejor es la esencia del proyecto. "La mejor opción para los niños", según cuentan desde la entidad, "puede que fuera el acogimiento familiar en el que vivan con una familia todo el día. Para aquellos niños y niñas que no logran encontrar una -teniendo que permanecer en el centro hasta los 18 años- es cuando se plantea una colaboración familiar, puesto que en una relación natural entre personas, el vínculo se puede reforzar y puede que ambas partes quieran más".

Todo ello debe surgir a través de un "lazo" entre niños y familias colaboradoras. Ayudaría al niño a abrir su red de conexión, conociendo nuevos modelos de familia y mejorando sus perspectivas de futuro. "Se trata de que yo pueda significar alguien importante para la vida del niño o la niña y que él sepa que yo estoy aquí, no es tanto que hagamos el fin de semana o que vayamos al cine. Eso es más circunstancial", añade.

Evitar que el patrón se reproduzca "generación tras generación"

Al final, puede que "los hijos e hijas que están ahora mismo en el centro, si estos niños no tienen ninguna oportunidad de conocer estas experiencias, es muy probable que puedan reproducir los mismos patrones porque no conocen otra cosa".

Con respecto a la periodicidad, asegura que hay "bastante flexibilidad" -aunque con una continuidad- y que dependerá de las necesidades que tengan niños y niñas. La asociación recomienda a las familias que "tengan sus tiempos y sus espacios, quizás con un fin de semana sí y uno no, que los niños sean parte de las vacaciones". Una pieza más en su entorno, en el que "se relacionan con sus iguales y entre amigos o tienen relación con su propia familia".

"El objetivo es que sea una buena experiencia para ambas partes"

Desde la organización, ofrecen tres "cafés informativos virtuales" para dar información a las personas interesadas en entrar en el programa. Tras dar información, realizan una entrevista como siguiente paso y se estudia "la motivación de las personas y si están preparados para participar". Acompañan a la familia de manera individual, hacen un seguimiento y sesiones de grupos de ayuda mutua. El objetivo es crear comunidad entre las familias colaboradoras, ayudarlas a que no se sientan solas y a entender que "quizás es normal que sientan lo que están sintiendo" en determinadas circunstancias.

Los trabajos en la entidad incluyen, entre otros, buscar un perfil de familia compatible con cada niño. "Mínimo al mes ofrecemos tres cafés informativos virtuales, la persona interesada nos escribe y se conecta a las reuniones. Luego, tenemos una entrevista de manera más privada y más particular, donde se cita a la persona y vemos la motivación y las dudas con las que se queda. Ahí es donde evaluamos si sus circunstancias vitales pueden satisfacer a un niño en esas condiciones", detalla Gema. A ello le seguiría una formación obligatoria sin la que no puedes pasar el proceso.

Encomiendan a las familias onubenses a acercarse a la opción de familia colaboradora. Aun así, recuerdan que no pueden tomarse la colaboración como "una prueba": "Es importante entender que estás con niños y no se puede jugar con sus sentimientos".