Commandos Origins, una carta de amor a los veteranos de la estrategia y la Segunda Guerra Mundial

La saga Commandos se ha erigido con el paso de los años en uno de los pilares del género de la estrategia táctica y el sigilo en tiempo real. Creada por el estudio español Pyro Studios, esta serie se convirtió en un referente internacional desde su primera entrega en 1998, gracias a su innovadora propuesta con niveles complejos, una meticulosa planificación y una jugabilidad que exigía paciencia y mucha precisión.

Ahora, en pleno siglo XXI, y con este tipo de juegos convertido en un 'rara avis', la desarrolladora Claymore Game Studios y la editora Kalypso Media, han vuelto a apostar por una nueva entrega de la saga que llevaba ya casi dos décadas en el recuerdo (la última, Commandos: Strike Force se publicó en 2006). Nos toca volver a ponernos a los mandos de la legendaria fuerza de élite de los aliados en la Segunda Guerra Mundial con Commandos: Origins. La esperada secuela de la saga Commandos nos devuelve a las bases del género de estrategia en tiempo real y a los tiempos en que Jack O'Hara, el Boina verde, se unió a sus cinco compañeros para formar la infame unidad que se encargaba de misiones que nadie más osaba aceptar.

Commandos Origins no intenta ser una epopeya dramática ni ofrecer una historia elaborada. Su objetivo principal es enfatizar en una experiencia centrada en las misiones y la estrategia por lo que la narrativa es sencilla pero efectiva: nos sitúa en los inicios del escuadrón británico durante la Segunda Guerra Mundial, mostrando cómo estos soldados de élite comienzan a formar parte de un equipo que se enfrentará a peligros extremos. Cada misión está acompañada por breves explicaciones que contextualizan la tarea, lo cual ayuda a sumergir al jugador en la ambientación histórica sin necesidad de diálogos profundos o un desarrollo emocional excesivo.

Este minimalismo narrativo funciona bien dentro del género táctico, donde lo importante es la planificación y ejecución. Los personajes mantienen su carácter distintivo —el francotirador, el artificiero, el conductor— cada uno con habilidades específicas que deben combinarse para completar las misiones con éxito. Aunque no hay diálogos elaborados ni historias paralelas complejas, la identidad marcada de cada personaje aporta carácter y personalidad al equipo.

Visualmente, Commandos Origins presenta una remasterización muy cuidada. Los escenarios mantienen el estilo isométrico clásico pero con gráficos mejorados que aportan mayor detalle y claridad. La iluminación y efectos visuales ayudan a crear una atmósfera realista en la que se apuesta por diferentes biomas: desde escenarios nevados a ambientes urbanos o zonas industriales. La calidad gráfica es notable para un juego que respeta su estética retro pero con un acabado moderno que facilita la inmersión.

Además, y muy importante, el diseño de niveles sigue siendo ingenioso. Cada escenario parece un rompecabezas donde cada movimiento debe ser planificado cuidadosamente. La variedad en los mapas evita la monotonía y mantiene el interés durante toda la campaña. Sin embargo, algunos mapas pueden resultar frustrantes debido a la precisión extrema que exigen las mecánicas clásicas. Hay que medir muy bien los tiempos y actuar correctamente con cada personaje y no hacerlo penalizará mucho la experiencia.

Aquí radica uno de los mayores desafíos del juego: Commandos Origins mantiene intacto su enfoque clásico basado en niveles tipo rompecabezas donde cada acción debe ser pensada con antelación. El sigilo es fundamental; disparar sin pensar puede alertar a todo el enemigo y arruinar la misión. La inteligencia artificial enemiga responde bien en general, aunque algunas veces presenta comportamientos erráticos o poco predecibles. Aún así, está a la altura y supone un importante reto en muchas ocasiones.

El modo multijugador en modo cooperativo local con pantalla partida o en línea añade una capa adicional de diversión ya que coordinar estrategias con amigos puede ser muy entretenido o tremendamente frustrante si no se tiene buena comunicación o si fallan las mecánicas por control. Aún así, es un añadido que se agradece y que enriquece la propuesta.

Por otro lado, la banda sonora cumple su función atmosférica sin destacar demasiado. Es sutil y cambia según el contexto —más tensa cuando hay alarmas o peligro— ayudando a mantenerte concentrado e inmerso en las misiones. Los efectos sonoros también están bien logrados: pasos, explosiones o sonidos ambientales contribuyen a crear una sensación realista dentro del entorno bélico.

La campaña principal no es muy larga y si eres un veterano en la saga no necesitarás más de una decena de horas para superarla. Para los jugadores noveles, la experiencia puede duplicarse en tiempo perfectamente. En cualquier caso, el juego atesora mucha rejugabilidad ya que es todo un reto volver a jugar diferentes misiones usando distintas estrategias. La rejugabilidad está asegurada por las múltiples formas de abordar cada escenario: sigilo total versus acción directa; uso intensivo de habilidades específicas; diferentes rutas alternativas… Todo esto invita al jugador a perfeccionar sus técnicas y descubrir nuevas maneras de completar las tareas que se nos encomiendan.

Conclusión

Commandos Origins es un homenaje fiel al espíritu original de la saga con niveles bien diseñados, una dificultad desafiante y el énfasis en el trabajo en equipo. Visualmente ha dado un salto importante respecto al clásico original gracias a las nuevas tecnologías gráficas y que no chirría con los tiempos que corren. Su dificultad elevada puede desanimar a jugadores novatos pero recompensará a quienes disfrutan de retos en los que la planificación marcará el éxito. Commandos Origins es, sin duda, una carta de amor para los fans de la saga y de este género que Pyro Studios creó hace ya casi tres décadas.